Allí, donde se hunde el alma
de rosas encendidas. alma
d.m
de rosas encendidas. alma
d.m
¡Madre!
lávame de heridas
inocentes
que sangran por los ojos
sin vertientes sin palabras
con sus miedos abiertos:
con sus miedos abiertos:
desmemoriados del día y de la brisa
sin encontrar la rosa de
los lirios.
Polvo de lágrimas
despiertas
que se alejan de los labios sin beso,
de la risa -que han perdido sin nombre:
de la risa -que han perdido sin nombre:
la esencia del latido como ríos sin agua-.
Los pájaros arados de la
carne,
el fuego envenenado antes de luna,
-las brazas de tu vientre:
colina de los muertos con párpados de piedra
-¡jardín abandonado!
-¡jardín abandonado!
Dalmiro Meneses
Montevideo, Agosto/08 - Uruguay