No te mueras mi vida
¡no te mueras!
oye el río brotado, sediento
de las rocas,
-libalo en tus manos lilas
o haz un cuenco en mi pecho-.
No permitas que el cielo petrifique
la línea sostenida del ocaso
ni el cordón umbilical a las estrellas.
No te alejes así: ¡siente cuánto duelen
los árboles de mármol:
su blanco masticado de silencio
o el negro sin el vuelo del espacio!
Dices:-" Sueños de un cielo ahogado "-
y oscuras las palabras palidecen por dentro
-¡tibios lirios sin alas!-
Dices:-" Sueños de un cielo ahogado "-
y oscuras las palabras palidecen por dentro
-¡tibios lirios sin alas!-
temiendo mi respuesta, huyendo del martirio;
¡negándome tus huesos como puertos de polvo!
Dalmiro Meneses
Montevideo- 23/11/08- Uruguay