No hay un adiós -mi niño-
cerrándote los
ojos
ni hay un después de sueños
abriéndose a tus brazos ,
eres quién se lastima
como un amor en vano detrás
de las esperas.
Esa ternura tuya
ese yo que no eres
o esa gota del miel extraída
-como soles de extraños misterios-
en tu llanto afilado de luz.
¡Tanta fiebre inocente por devorar el cielo
tanto hechizo de vida en la carne
bebiendo la blancura de tus manos
¡con el rostro escondido de mi muerte
llevando en terciopelo tu mirada!
ni hay un después de sueños
abriéndose a tus brazos ,
eres quién se lastima
como un amor en vano detrás
de las esperas.
Esa ternura tuya
ese yo que no eres
o esa gota del miel extraída
-como soles de extraños misterios-
en tu llanto afilado de luz.
¡Tanta fiebre inocente por devorar el cielo
tanto hechizo de vida en la carne
bebiendo la blancura de tus manos
¡con el rostro escondido de mi muerte
llevando en terciopelo tu mirada!
Dalmiro Meneses
Montevideo, Mayo/10 - Uruguay
Montevideo, Mayo/10 - Uruguay
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