Cae la lluvia
bebo de las nubes aires del camino
-la tarde que ahoga
y deja en mis manos: cielo de cenizas
-celo enceguecido- semillas amargas.
-celo enceguecido- semillas amargas.
Si he perdido el mundo
¿por qué no negarme, por qué no arrancarme
su fruto de angustia, -su luz casi virgen-
ojos del espacio?
ojos del espacio?
Si el amor desdeña su tiempo de luto
aunque esté sin rumbo, quebrado -sin soles-
aunque esté sin rumbo, quebrado -sin soles-
como un árbol muerto.
Cruces entre cruces -eternas dolientes-
sepultan un mundo de asfixias mortales,
pero no mi vida: ¡astillas de pena!
-¡brotes de silencio! ¡gemas oxidadas!
¡y el eco salvaje de herirnos la noche con horas azules.
-¡brotes de silencio! ¡gemas oxidadas!
¡y el eco salvaje de herirnos la noche con horas azules.
Dalmiro Meneses Montevideo, mayo/16 - Uruguay