-como la muerte se mimetiza vienes desnuda a mi puente
por un camino de llamas-.
d.m.
Puede ser Alejandra que el tiempo te desangre
en melodías,
tú sabes que el secreto del
agua no se bebe,
que es como tu nombre: viaja.
Yo corro por salvarte
debajo de los puentes con sus trenes
-al pozo de tus ojos abismales
donde estalla mi grito:
¡Alejandra!
¡Alejandra!
y sólo el nombre de los ruidos muere.
Yo corro por salvarte
debajo de los puentes con sus trenes
-al pozo de tus ojos abismales
donde estalla mi grito:
¡Alejandra!
¡Alejandra!
y sólo el nombre de los ruidos muere.
Dalmiro Meneses, octubre 2005
Uruguay
Hola, Dalmiro: releí varias veces tu poema, que es bellísimo. No me parece que sugiera otra forma de suicidio. Si bien aparece el tema de los puentes y los trenes, esos elementos tienen en la literatura, y en la cultura en general, un valor metafórico que impediría que se los considerara literalmente; antes bien, los relaciono con la estrofa anterior, en que se identifica a Alejandra con el agua, que fluye debajo de los puentes por donde pasan los trenes que ella no puede tomar. Alejandra estuvo destinada a pasar por debajo de los puentes, a viajar por donde otros no viajaron, a perdurar en su poesía y en la poesía de otros escritores que la nombran y la rescatan con sus textos.
ResponderEliminarTe mando un abrazo.
Gracias Dirbi, el agua que fluye es Alejandra. Te cuento, nosotros eramos unos cuantos niños y muchas veces cuando el tren pasaba por el enorme puente de hierro, íbamos a experimentar el sentido de la muerte y su vivencia en nuestros cuerpos. Corríamos y nos quedábamos debajo del puente con los ojos llenos de asombro para ver cómo era morir. Luego que el tren pasaba. cerrábamos los ojos hasta que los ruidos del tren sobre los rieles se perdian a lo lejos y ya no se oían. Después nos alejábamos sin decir nada. Era como un tácito acuerdo de guardar cada uno la muerte, como un íntimo secreto. Más tarde,cuando leí los versos de Alejandra, me dije: “tengo que salvarte” y corrí hacia mi niñez en plena madrugada y escribí el poema. Es una simbiosis extraña, filosófica o religiosa; se dibujó una cruz dibujada con el agua que fluye o Alejandra, y el puente con sus trenes. Una enorme cruz, Creo que Alejandra también lo supo.y por ello nos miró y nos mira a a los ojos, nos da a beber sus poemas, su sol, su sombra, la agriedad desesperada de sus frutos y nos ofrece el venturoso camino de soñar. "De ser o no ser" como esa cruz de hierro y agua dibujada.. Y nosotros, debemos llevar ese mensaje de amor por la poesía, al corazón, al espíritu del lector por una tierra nueva que él descubrirá y humildemente damos con nuestras horas de insomnio. Gracias Dirbi. en a Alejandra Pizarnik
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