que reflejas imágenes de un día
–sin vientos que te anuncien-.
La tierra entera henchida de ternura
gira callada para beber tu pecho-
y te ofrenda mares de olivares virgen.
Hay un signo de vida cuando la noche
entrega -el tatuaje perfecto de los soles en fuga;
de las piedras negras,
te abandonas, te abejas, te diluyes,
y tu vientre de mieles: ¡me socava!
Hay puertas que se cierran o se abren
(para vivir y ser) el sexo en el amor
o el trigo en el aroma de los panes.
(para vivir y ser) el sexo en el amor
o el trigo en el aroma de los panes.
He querido de niño–
tus valles doloridos con pájaros de niebla
-tu rostro contra el juego de mis manos-
o tus lágrimas muertas que me beben
como labios de un sueño.
o tus lágrimas muertas que me beben
como labios de un sueño.
Luna: no dirá la muerte
si la fuente abierta del amor se aleja,
luna de trigales o anillo de niño,
no dirán mis pasos quién grabó
no dirán mis pasos quién grabó
el sendero de lentos cipreses:
o tus lágrimas muertas que me beben:
(y un hilo de sangre) buscando el vacío!
(y un hilo de sangre) buscando el vacío!
Dalmiro Meneses
Balneario Argentino, Agosto/2006
Uruguay
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