Tus manos adivinan los signos
de la vida, -la acidez de la fruta-
y la belleza en vuelo
-cuando la tierra sueña
su imagen en colores-
o acuarela con dolor tus ojos.
Las islas solitarias con suspiros de lluvia;
-ríos de tinta hembra: fragancias del deseo,
o el amor no encontrado de tristísima luna:
/perdido, niño ciego/
remolino del aire -y el suspiro
cuando lloro tu nombre!
La distancia no agota tu pureza de llama;
!aún siento entre mis manos
los ríos de tu cuerpo que me besan:
ternuras que encendieron nuestras venas,
¡la vida de la noche, el asalto a la muerte:
o el amor no encontrado de tristísima luna:
/perdido, niño ciego/
remolino del aire -y el suspiro
cuando lloro tu nombre!
La distancia no agota tu pureza de llama;
!aún siento entre mis manos
los ríos de tu cuerpo que me besan:
ternuras que encendieron nuestras venas,
¡la vida de la noche, el asalto a la muerte:
los labios clandestinos rozando lo imposible
!y tu hoguera erizada de jazmines callados!
Dalmiro Meneses
Montevideo, Uruguay -abril/ 2010
!y tu hoguera erizada de jazmines callados!
Dalmiro Meneses
Montevideo, Uruguay -abril/ 2010
Celebro este poema lleno de luz, arcoiris y ternura! Felicitaciones, Dalmiro.
ResponderEliminarFernanda,
ResponderEliminar¡pájaros clandestinos y el amor sin dueño!