En
esa luz del día
sin poesía y amor,
muriendo
como un niño
va el
río de las cañas,
sin
milagro-
entre
labios muriendo-
morir toda la tarde
en
la luz aplanada
que
nos deja canoas.
Siento
el ayer del agua
¡la
piel del mismo llanto!
-tiemblo
en sus labios negros
(y
hundo las manos) en mi cara!
P. de los Toros, 26/02/2009-
Uruguay
Estimado Dalmiro:
ResponderEliminarNo crea que he olvidado lo que usted me pidió tiempo atrás. Una opinión sobre su poema Mi río.
Sin dudas que es un bello texto. Sin dudas que esconde más que lo que muestra. Que, como todo poema lleva en sí mismo complejidades del alma de su creador. Y ahí es donde es bueno y justo hacer precisiones previas.
Las cosas del alma, no son fáciles de escudriñar . Ni las propias ni las ajenas.
Menos aún se puede ser objetivo frente a discursos pletóricos de imágenes vitales comunes a creador y crítico, para este caso el río como vida , evocando y convocando, desde la profunda e infinita melancolía de los tiempos, mirado desde sus orillas, como al igual que nuestras vidas, se desliza inmutable, manso o en torbellino de “creciente”, aguas abajo, “hasta dar en el mar , que es el morir”.
No sé si a Usted, pero a mí su poema me ha hecho pensar mucho sobre la vida, importante parte de la cual, se construye en la muerte, un hecho inevitable y por tal, aceptado sin demasiadas quejas ni dioses mediando.
Veo , mucho discurrir sobre la existencia y sus complejidades, sobre la infinitud de interrogantes, que hacen la vida tan rica como incierta. Y ahí tomo para mí su metáfora final “y hundo las manos en mi propia cara”.
Dalmiro, sepa disculpar la flacura de estas líneas. Su obra ciertamente que merece cosas mejores. Un gran abrazo. Julio
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstimado Julio,
Eliminar"Mi río" quiere, necesita estar vivo. Mi río sufre, necesita ser hombre. Si el hombre vive, necesita ser río. Cada cual, cada uno,
tiene necesidad de darse para sentirse vivo. Hasta para llorar el hombre guarda el río de los ojos. Y para ver sus ojos y penetrar en ellos hasta tocar la muerte, a veces necesita el espejo del río.
Si mi poema llegó y te tocó, otros poemas de mi blog quizás también te lleguen. Si son tristes, si son duros, si son tiernos, si te llena de imágenes, si te ayudan, por favor dilo. Mi corazón cantará, cantará como el río de mi niñez.
Dalmiro