a Cesar Vallejo
¡Son tus dagas
en mi mi pecho!
d.m.
Dalmiro Meneses
¡Son tus dagas
en mi mi pecho!
d.m.
Quiero la
espiga
de tu pan dorado para ser mejor,
con tu dolor enfermo hasta curarme.
¿Te das cuenta
del pánico
de todo lo que
heredo:
si quedo encadenado a tu
inocencia?
de tu pan dorado para ser mejor,
Abres el corazón
sobre la tierra, - ¡y qué!
-no todo el cielo
azul se hace pradera!-
¿Ves? Soy ese pozo
que ha quedado solo,
solo en mi grito
que no ha sido oído
ni en tu
prisión de luz desesperada.
Abismo condenado, ya no hay canto de mares
ni de nidos perdidos en tus ojos,
-sino el canto salvaje:
¡del dolor coagulado que me quema los
labios
con tus oscuros
pájaros del hambre!
¿Ves? Soy ese pozo que ha quedado solo,
¡del dolor coagulado que me quema los labios
Dalmiro Meneses
Montevideo,
Octubre/2010
Uruguay
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