Nacida tras de sí,
tras de su espejo, sí, sangrando:
sangre sutil –hermosa–
derramada de abejas,
doliente flor y flor amada
enamorada del
agua de los ojos
/una a una
/explorando el latido
o el adiós en
el viento;
penden, callan
en sí, valles y tilos:
mariposas de
polen:
-dolor de sangre en cilicio -.
-dolor de sangre en cilicio -.
caricias mutiladas que reflejan locuras:
luz de sombra,
viva o muerta;
golondrina de
playa: la belleza
como lágrima en
llama que se bebe
por el mundo
enlutado de los labios;
extinguidas
estrellas: ¡ven la vida!
primavera del
viento prisionera
entre rieles de
espanto.
luna: palidez
de la muerte, solidez y vacío
–mugido
solitario del mar ennegrecido–
ojo de gato
negro donde duerme el espacio.
Uruguay
Hola, Dalmiro: leí intensamente tu poema. No me resultó de lectura fácil, porque tiene una gran complejidad poética y sintáctica. En principio te digo que, si antes admiraba tu poesía por su profundidad y su belleza, después de leer este poema soy una de tus fans. El final del poema, con esas metáforas de la luna mugido y ojo de gato me parece admirable, bellísimo, un verdadero placer estético. Cada fragmento del texto exige un esfuerzo de lectura, aunque podría prescindirse de él y quedarse sólo con la sensación poética que transmite. Yendo a la interpretación, el poema todo es para mí una metáfora, pero no de la luz (que también aquí es una metáfora), sino de la fugacidad, la revelación que duele e ilumina, y la ilusión de las apariencias. Todo en tu texto es bello, complejo, hondo, y sigue abriéndose en significados a medida que se lee con mayor detenimiento. Sos un gran poeta. Gracias por compartir tu poesía conmigo. Un abrazo. Adriana Maggio (Buenos Aires - República Argentina)
ResponderEliminarAdriana, estoy de acuerdo querida poeta, este poema no es de lectura fácil", es compleja como la savia, la lava, la sangre de la tierra y del espacio. Tan compleja que al leerla yo mismo digo: ¡vivo! y me ensordece el asombro.
ResponderEliminarY además quiero agradecerte, por haber penetrado, con toda tu sensibilidad, al río de mi ser, donde te nombro.
Dalmiro