Así, como el dolor–
tu rostro
hacia mis ojos.
La huella
imperceptible de tu mano
–quieta en la ternura
de un latido-
de lago arrodillado
prendido a
mis orillas.
Contenida, sumergida por tu miedo:
transida,
dolorida, desacierta,
luna volcada
sobre piel de un bosque,
boca sin beso, perfume
acariciado,
espejo del perdón sin perdonarme:
-me abejas del amor, como un reflejo.
Dí, cómo tocar sobre la tierra en si:
el agónico vuelo de la aurora,
el agónico vuelo de la aurora,
o despertar las campanas de la
fe,
(si brota del ayer) ¡arista de los celos!
la vida enamorada de tristezas vacías!
la vida enamorada de tristezas vacías!
Dalmiro Meneses
Montevideo, 1/9/2008
Uruguay
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