-en su quietud.
Quizás no lo
comprenda
la mañana en su seno:
una niebla de
sol /cayendo
de las hojas
a un río de
tristeza,
entre pálidas
aves/
sin retorno a tus manos.
No hay signos de
consuelo:
la boca
que no besa
-sucumbe a los
olvidos
como un día sin
tallo,
-las horas ya perdidas
perpetúan las redes de la noche:
(y la vida de luto enamorado
se escapa con tu sombra).
¡Llora la soledad:
nublada de geranios!
-La hambrienta tierra tuya al arrastrar
se escapa con tu sombra).
¡Llora la soledad:
nublada de geranios!
-La hambrienta tierra tuya al arrastrar
tu espera: ¡ve la muerte!
¡y pide un día más la primavera!
Dalmiro Meneses,
Montevideo, abril/2009
Dalmiro Meneses, 28 abril 2009
Uruguay
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