¡Ella...
(a Paul Eluard)
ella ofrece
a las sombras
su milagro de carne
-sus noches taciturnas,
relojes de la arena
con sangre sumergida
de sudor y rocío.
lleva un río en el cuerpo
de minutos ajenos
de minutos ajenos
y rosas del engaño
tatuadas que se mueren.
entre nubes dormidas:
brota el cielo que muerde
con los dientes vacíos
su dolor oxidado,
con los dientes vacíos
su dolor oxidado,
y se anidan los labios
cuando sus manos ruegan
-huérfanas de luz-
-huérfanas de luz-
¡diez pájaros ahogados
de niños que no fueron!
de niños que no fueron!
Dalmiro Meneses, set./07
Uruguay
Estimado Dalmiro: su poesía emociona y es muy hermosa. Es buena cosa que salga de su refugio e ilumine. Abrazos . julio
ResponderEliminarSí, estimado mío, el dolor en el mundo
ResponderEliminargira como el viento.