a Carlos: por el día
y las aves.
y las aves.
Licor
vivo que añejas: soles del horizonte
-
despertares- que nos dejó en latidos
la ternura de fríos manantiales,
campanas
de de los vientos
que nos trajo de niños los puentes del verano
que nos trajo de niños los puentes del verano
y el árbol de la lluvia -que ríe en su pureza-
por
lejanos frutales.
Luego -sobre el vientre del alma
-rodeada de fusiles- oscureció la tierra,
-rodeada de fusiles- oscureció la tierra,
se arrancó los caminos, desgarró la esperanza-
alzó la primavera congojas amarillas
como un río atrapado
alzó la primavera congojas amarillas
como un río atrapado
-la libertad fue herida, y vendaron sus ojos
con gotas de salmuera.
¡Polvo
de la tortura con cielos erizados
de relámpagos negros,
rencores de tinieblas que ahogaron la inocencia:
rencores de tinieblas que ahogaron la inocencia:
sueños
fríos y amargos: ¡tempestades!
¡sombras
pardas! asfixia repetida,
como
esquirlas en las huellas del hombre.
Después, -entre fértiles valles
fue despertando un río-
el tiempo se hizo uno cuando gritó la vida
fue despertando un río-
el tiempo se hizo uno cuando gritó la vida
cristales de la risa en la
boca del niño.
Hoy, ya no cabe el silencio,
no oxidará la tierra la claridad del alma
no veremos el cielo cayendo entre los huesos
(ni la muerte en los labios) su oscuridad vacía!
no veremos el cielo cayendo entre los huesos
(ni la muerte en los labios) su oscuridad vacía!
Dalmiro Meneses
Uruguay - 1 de mayo 2009
Uruguay - 1 de mayo 2009
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