Ya sin adiós, sin un después, mañana.
la noche quieta -la palabra ausente-
duerme en tu cuerpo: desnuda para
nadie.
Mordida la inocencia
como el latido de los lagos solos
es rosa en el gemido de tu vientre
perdido en un secreto
–perdida sin perdones.
Mar de sueño sin vida
donde el amor se encuentra,
indecibles poemas tan heridos;
palabras muertas de la carne
mía
(niña del hambre) con su sombra abierta!
Dalmiro Meneses, octubre 2010
Uruguaya.
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